jueves, 7 de mayo de 2015

DIARIO DE VIAJE. CAPITULO II: SEGUNDO DÍA EN BRUJAS.

Prosigo mi diario de viaje. Como os conté en mi anterior post, la ciudad de Bruselas nos sorprendió muy gratamente el primer día. Al día siguiente madrugamos para desplazarnos en tren a Brujas. Esta ciudad se encuentra a una hora de Bruselas en tren. Creo que es la ciudad más visitada por los turistas en Bélgica y la más admirada por la mayoría de visitantes. Además, ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. En cambio, los locales prefieren otras ciudades belgas. Yo también. Me gustó mucho Brujas pero no es una ciudad a la que volvería. Si, en cambio, volvería a Gante. Por supuesto, habrá gente que no esté de acuerdo y prefiera Brujas. De lo que no hay duda es de que merece la pena visitar esta ciudad medieval que te traslada a otra época.

Uno de los primeros rincones de Brujas que descubrimos

La mejor forma de llegar a Brujas es viajando en tren. De la estación central de Bruselas salen trenes continuamente con dirección a Brujas. Lo mejor es coger uno de los trenes que van directos sin paradas y comprar un railpass. Es una especie de bono válido para diez viajes. Es más económico. 

La estación de tren de Brujas está muy cerca del centro de la ciudad. Dando un paseo de quince minutos por caminos rodeados de bosque donde ya empezamos a ver algunos canales llegamos a Minnewater, más conocido como parque del lago del amor. Es uno de los puntos de interés muy próximo al resto de lugares que hay que visitar. En realidad la ciudad se puede visitar perfectamente en unas horas pero yo recomiendo pasar el día entero para disfrutar cada rincón con tranquilidad.

Minnewater

El parque del lago del amor es muy bonito. Es una parte del canal que está rodeado de vegetación y donde hay multitud de patos y cisnes nadando o descansando a orillas del agua. Por esta zona también navegan las barcas llenas de turistas que recorren los canales. Si caminamos por esa zona cruzando los puentes podemos ver las típicas casitas belgas que bordean los canales y también es una zona de descanso de los caballos porque también hay coches de caballos para recorrer la ciudad. 

Tuvimos suerte porque hizo un día muy soleado y eso hizo que disfrutáramos más de la ciudad. Pasear por ahí un día nublado o con lluvia no es lo mismo. Junto a la zona de Minnewater está la zona del beaterio. Se trata de un conjunto de casitas blancas con tejados rojos que se encuentran alrededor de un jardín muy bonito donde destaca una iglesia. Antiguamente estas casas fueron ocupadas por  mujeres conocidas como las beatas y que, desde el siglo XII al XIV, se dedicaron a la oración y al cuidado de enfermos y necesitados sin pertenecer a una orden religiosa. A partir del siglo XV, los beaterios fueron ocupados por monjas de distintas órdenes. Creo que hay varias casas que los turistas pueden visitar. Vimos un grupo de gente entrando. Es una zona curiosa.

El Beaterio

Después de dejar el beaterio seguimos paseando entre canales hasta llegar al centro de la ciudad donde nos topamos con la plaza principal conocida como Grote Markt. Lo que no me gustó es que en el centro de la plaza había instalada una feria pequeña con distintas atracciones y eso estropeaba la visión de la plaza. Comimos en uno de los muchos restaurantes que hay allí mientras contemplábamos la torre Belfort, la más alta de la ciudad, y los edificios que rodean la plaza que son muy bonitos. 

Grote Markt

Comimos un estofado al estilo flamenco que está muy bueno y probamos varias cervezas. Se nota que son especialistas en cerveza porque cada una de las que probamos en este viaje tenía un sabor distinto, algo que la hacía diferente. En esta ocasión probamos varias cervezas rubias. 

Torre Belfort

No subimos a la torre Belfort para contemplar las mejores vistas de la ciudad porque había una cola larguísima para comprar los tickets y preferimos aprovechar el tiempo para callejear y llegar a otra plaza que está prácticamente al lado de la Grote Markt. Se trata de la plaza Burg. Es más pequeña pero, en mi opinión, más bonita. Aquí encontramos el edificio del Ayuntamiento que es muy bonito y de estilo gótico, el Palacio de Justicia y la Basílica de la Santa Sangre.En esta plaza había un food truck de gofres. Para quien no lo sepa un food truck es una especie de bar ambulante. Se trata de una furgoneta donde se sirve comida de diferentes tipos. Es un modelo de negocio que se ha puesto muy de moda en varias ciudades. Hicimos una parada para merendar un gofre de Lieja con chocolate que estaba buenísimo. Los gofres de Lieja son los gofres típicos belgas. La masa es más compacta y se preparan con azúcar perlado. El chico que los preparaba nos aconsejó que probaramos este tipo de gofre y no se equivocó. Son especiales.

Llegando a la Plaza Burg

¡El gofre de Lieja con su banderita y todo! Mmm.....

Detrás de la plaza Burg se encuentra uno de los lugares más especiales de Brujas. Hay un puente desde donde se baja a uno de los cinco embarcaderos que hay en la ciudad. Es el Rozenhoedkaai. Ahi subimos a una barca para hacer un recorrido por los canales y justo en esa zona, desde la barca, pudimos hacer una foto con la torre Belfort al fondo. Una de las imágenes típicas de Brujas.

Rozenhoedkaai

Las barcas siempre recorren los canales repletas de turistas pero sin duda este recorrido en barca fue una de las cosas que más me gustó de la visita. Merece la pena porque es una manera de ver la ciudad desde los canales y el recorrido es muy completo. Te da otra perspectiva de la ciudad, con sus restaurantes, bares y hotelitos junto al agua.  Además, te van informando de cosas curiosas relacionadas con la historia de Brujas y/o algunos de sus edificios. 

Vista desde la barca
Al fondo se podía divisar la Torre Belfort 

La Catedral de San Salvador, muy próxima a la Grote Markt, también es un punto de interés junto a la Iglesia de Nuestra Señora. Pero, sin duda, lo que más me gustó es una zona más alejada del centro y rodeada por supuesto de canales donde reinaba la tranquilidad, interrumpida únicamente por el ir y venir de las barcas.Creo que es la zona más antigua de Brujas.

Mi zona favorita de la ciudad, algo más alejada de lo turístico

Fue un día muy completo en Brujas. Lo que más nos gustó fue el paseo en barca. La ciudad destaca por sus canales, su arquitectura y su tranquilidad. Esa tranquilidad que solamente encuentras en los pueblos pequeños y que desaparecía en los puntos de interés gracias a los turistas. Por cierto, muchos de ellos españoles.

En la zona más alejada el tiempo parecía haberse detenido. Creo que a Brujas le falta vida pero seguramente ahí reside su encanto y por eso, en general, gusta tanto. Regresamos a Bruselas tarde, cenamos unos crepes y nos fuimos a dormir porque al día siguiente teníamos que madrugar para ir a Gante, una ciudad que me enamoró. Los motivos os los daré en mi siguiente post.

À bientôt!!!