lunes, 15 de septiembre de 2014

LA FAMILIA Y EL BURRO

Es lunes de nuevo. El fin de semana pasa muy rápido. Confieso que siempre que llega septiembre reflexiono y decido que tengo que hacer más deporte, estudiar más inglés, leer más, dedicar tiempo a esa tarea que tengo pendiente y que nunca llego a realizar, estar más tiempo con la gente que quiero y sobre todo, sacar tiempo para dedicarlo a algo que realmente me apasione. Pero a veces hay que decidir entre una cosa u otra porque desgraciadamente no hay tiempo para todo o simplemente no es posible. 

Y es que la vida está llena de decisiones que van marcando nuestro camino. La decisión que tomemos no siempre será aprobada por los demás pero será nuestra decisión. Siempre habrá alguien que critique nuestra manera de actuar. Eso no se puede evitar. Me viene a la memoria el cuento de la familia y el burro. 


Había una vez un matrimonio, con un hijo de 12 años y un burro, que se pusieron a viajar para conocer mundo. Al llegar al primer pueblo, la gente murmuró: "Mira ese chico...Él subido al burro y sus padres, caminando". La mujer le dijo entonces a su marido: "No dejemos que hablen mal del chico, ve tú en el burro". 

Al pasar por otra aldea, alguien comentó: "Vaya sinvergüenza. Este tipo deja que su esposa y su hijo tiren del asno mientras él va muy cómodo sobre el animal". Al escuchar aquello, decidieron que sería la mujer quien iría a lomos del burro. Y, de nuevo, les llovieron las críticas: "Pobre hombre...Después de trabajar todo el día, tiene que llevar a su esposa en el burro mientras él y su hijo van caminando...". Así que se subieron los tres al asno y siguieron con su peregrinaje. Entonces, les tacharon de maltratadores de animales. Muy afectados, resolvieron ir los tres andando. 

Pronto, se quedaron de piedra al oír: " Qué idiotas, van caminando cuando tienen un burro que podría llevarlos". Al final, entendieron que, hicieran lo que hicieran, siempre habría alguien que les criticaría, juzgaría y hablaría mal de ellos. 

Espero que este cuento os haga reflexionar. Es imposible gustarle a todo el mundo. Cada persona opina y actúa de una manera. Por eso, cada uno tenemos que vivir la vida a nuestra manera. Debemos actuar de la manera que creamos correcta sin pararnos a pensar qué pueden opinar los demás. Tomemos la decisión que tomemos será nuestra decisión. 

Y vosotros, ¿qué propósitos tenéis para "el nuevo curso"? Mientras los meditáis, escuchad y bailad Vivir mi vida de Marc Anthony. ¡Os deseo una feliz semana! 







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